Jorge Chávez Álvarez, director ejecutivo de Maximixe, sostuvo que en Cajamarca existe un corredor del narcotráfico dedicado al traslado de la amapola desde la provincia de Chota hacia la ciudad de Chiclayo, Lambayeque. Precisó que existe un circuito importante de producción de amapola en las provincias de Chota, Celendín y Bambamarca.
“Es gravísimo el avance del narcotráfico, así como de otras mafias articuladas al narcotráfico como la tala ilegal, la mafia del contrabando, la mafia de la minería ilegal. En el Perú los últimos datos disponibles señalan que tenemos como 62 mil hectáreas cultivadas de hoja de coca, mucho más de lo que permitiría el consumo interno. El 98% va al procesamiento de pasta básica y la producción de cocaína y la exportación”, dijo.
Señaló que, conjuntamente a la coca, se ha ido desarrollando de manera muy acelerada el cultivo de la amapola y Cajamarca se ha convertido en uno de los centros de producción más importantes. “Dentro de Cajamarca, en las provincias de Celendín y Chota se concentra la producción. Chota es importante porque por ahí sale la droga hacia Chiclayo, donde están los capos de la mafia mayores”, indicó a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Precisó que en Bambamarca, capital Hualgayoc, ahí se hace el trabajo de acopio de la amapola y de la coca. Hay varios circuitos, pero este circuito que pasa Chota es importante porque sale la droga hacia Chiclayo, es la zona de tránsito del narcotráfico”, expresó.
“En Bambamarca está concentrado el acopio, hay capos menores, pero son bastantes, son como 70 más o menos. En Bambamarca han proliferado los edificios altos, que son negocios de fachada para lavar activos”, remarcó.
Explicó que en el Perú gran parte de la producción de hoja de coca para la cocaína sigue concentrada en el Vraem, pero la amapola está floreciendo en Cajamarca, Amazonas y Piura, que además ahora incluye a otros departamentos del sur del Perú, como Apurímac y Cusco.
Mencionó que el poder del narcotráfico es económico y es de carácter político, porque han ido comprando autoridades y candidatos. “Al hacerle la campaña al candidato, el candidato llega con un compromiso de construir caminos o carreteras que les permita sacar la droga o construir aeropuertos o tomar decisiones en la Policía para evitar que el área especializada en combatir estos delitos no se fortalezca, sino debilitarla”, apuntó.
“Así no se van sumando una serie de decisiones y acciones y de supuestos planes de inversión que van ayudar a los pueblos más alejados, pero que en la práctica se convierten en grandes tenazas, que permiten a los narcos poder llevar su droga con mayor facilidad y por lo tanto reducir costos, porque gran parte del problema del narcotráfico es que asumen mucho riesgo y la manera de reducir los riesgos es comprando la policía o generando acciones para que la policía no actúe o también poniendo transporte de caminos y aeropuertos a disposición de la droga para que pueda a salir fácilmente”, afirmó.
También dijo que es típico de las actividades ilícitas de crear zonas liberadas en la cual no entra gente conocida al negocio. Es decir, que no haya proyectos mineros, ni proyectos de otro tipo de actividades económicas, porque esto genera un flujo de personas que son ajenas al narcotráfico. Lo mismo sucede con la minería ilegal, con la tala ilegal”, observó.
Respecto a los ronderos que trabajan como “chalecos” del narcotráfico, indicó que hay múltiples denuncias policiales. “Estos actores se dedican a cubrir las actividades ilegales tomando digamos acciones que son de tipo bandolerismo o sabotaje, que además ha acarreado la muerte de trabajadores de proyectos mineros. Estos seudoronderos ya manejan armas y tienen una actividad que no se condice con la actividad original que el Estado les encargó”, subrayó.
Fuente: Red de Comunicación Regional – RCR.