Por: Javier Iván Arenas
Dentro de los tantos argumentos falaces desarrollados por el movimiento opositor a la minería moderna, hay uno en el que indica que allí donde hay inversiones mineras solo se ha generado «exclusión y pobreza». En ese relato se añade también que las inversiones mineras se «llevan toda la riqueza» y «no dejan nada».
No obstante a este mito la realidad indicaría todo lo contrario porque hoy, qué duda cabe y sin temor a equivocarnos, podemos decir que ha surgido una nueva burguesía alrededor de la minería moderna sobre todo en las regiones mineras.
¿Cómo así ha surgido? Vale indicar primero que las inversiones mineras han permitido la aparición de una serie de condiciones y oportunidades para el ahorro y la inversión en las sociedades locales. Así, continuando en esa misma línea, en las comunidades o poblaciones aledañas, los comuneros han aprovechado este nuevo contexto que trae las inversiones para poder anclarse a la cadena de valor de la minería.
Hoy muchos comuneros han creado empresas con el objetivo de ser proveedoras de éstas empresas mineras así como de sus contratistas, básicamente en servicios diversos.
Quien camine por las principales unidades mineras del Corredor Vial del Sur, por ejemplo, se encontrará con la buena noticia del surgimiento de una nueva clase media en esas zonas aledañas. Todo lo anterior es innegable y comprueba una revolucionaria distribución de la riqueza como jamás lo hubo en la República en aquellas zonas, a la que la sociología denominó «mancha india».
Incluso ahora podemos hablar de la existencia de conflictos pro mineros. Es decir, comunidades que no se oponen al desarrollo y continuación de proyectos mineros por otros motivos sino porque quieren ser parte de la cadena de valor altamente competitiva de las empresas mineras. Se quieren integran a ellos y no luchar contra ellas, a través de la creación de empresas proveedoras. De allí que organicen conflictos para tener mayor ventaja en la negociación.
Aunque, todo lo anterior parezca una perogrullada no lo es. No se sabe mucho, no se dice más, que la minería moderna ha permitido el surgimiento de esta nueva clase media y quizá allí haya un tremendo yerro por no decirlo.
En el viejo marxismo se decía que hay que buscar la verdad en los hechos. Pues es una verdad más grande que una cordillera que la minería moderna ha distribuido la riqueza y que gracias a ello hoy miles de peruanos, otrora pobres, son una nueva clase media popular, ancha y ajena. Aunque no les guste a los marxismos de todos los pelajes.
La ineficiencia del Estado no permite que está nueva burguesía se multiplique a la enésima vez. Una lástima.