Excongresista, Víctor Andrés García Belaunde, manifestó también que la actual ministra de Justicia, Ana Revilla, su antecesor en el cargo, y actual primer ministro, Vicente Zeballos, “tienen responsabilidad”, ya que “han sostenido y respaldado al exprocurador Ramírez, hasta el día de ayer”.
El gobierno cometió “un gravísimo error” con la designación del ahora destituido procurador del caso Lava Jato, Jorge Ramírez, y haberle dejado negociar con Odebrecht, la más corrupta de las empresas extranjeras que hayan operado en el Perú, “a una persona tan poco preparada y capaz”, aseguró el excongresista, Víctor Andrés García Belaunde.
“La interpreto como la decisión de reconocimiento de su gravísimo error en haberle dejado tanto poder para negociar con una empresa tan importante en el mundo de la corrupción e internacional del delito de la corrupción, a una persona tan poco preparada, tan poco capaz y con tan poca experiencia para poder negociar con una transnacional del delito”, subrayó.
Indicó que la única experiencia que puede exhibir Ramírez “es que había sido abogado de un narcotraficante chileno y, luego, había sido procurador de la municipalidad de Ventanilla; para pasar a defender después a los intereses del Estado, ante una gran empresa corrupta que conoce el teje y maneje de la corrupción de la sociedad peruana”.
“Como se pone a negociar a una persona de perfil inadecuado, a negociar con una transnacional del delito, sin tener detrás a un equipo de asesores. Eso no fue lo que hizo el Estado. Y es por eso que hemos visto lo que está pasando”, aseveró.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), García Belaunde manifestó también que la actual ministra de Justicia, Ana Revilla, su antecesor en el cargo, y actual primer ministro, Vicente Zeballos, “tienen responsabilidad”, ya que –anotó– “han sostenido y respaldado al exprocurador Ramírez, hasta el día de ayer”.
“Porque, sin ese respaldo, este señor no hubiese actuado de esa manera tan ligera, tan irresponsable y tan pegada a los intereses de Odebrecht”, anotó.
En ese contexto, el exparlamentario de Acción Popular indicó que la compañía Odebrecht habría estado desarrollando una estrategia para intentar recuperar los supuestos activos que habría invertido en el proyecto del Gasoducto Sur peruano.
“Claro que si. Mire, el Perú ha sido el país más generoso que ha tratado con Odebrecht. Le han permitido todo. En las negociaciones que han hecho con ellos, han aceptado coimas en cuatro obras, de las más de cuarenta. Y la metodología ha sido la misma, los negociadores han sido los mismos, los directivos fueron los mismos. O sea, no puede ser posible que digan; en esta obra sí coimié, y en esta (otra) obra no coimié”, enfatizó.
Asimismo, refirió que a Odebrecht se les ha perdonado las multas y la devolución del dinero ilegalmente ganado ha sido cero.
“Y finalmente, se ha fijado una reparación civil de 610 millones (de soles), a quince años, con un interés bobo. Y, sin embargo, el propio señor Ramírez, cuando empezó a negociar dijo que la reparación iba a ser tres mil quinientos millones de soles. Evidentemente, todo eso hace pensar que quien ha manejado la negociación, de acuerdo a sus intereses, ha sido Odebrecht. Y el Perú se ha allanado a la delincuencia y el Perú ha aceptado lo que ellos querían”, puntualizó.
En todo caso, sostuvo que el proyecto Gasoducto Sur peruano es una obra sobredimensionada de la que el Perú deberá pagar, además, un subsidio de 900 millones de dólares anuales, por treinta años.
“Sin embargo, no se pudo llevar adelante el Gasoducto, por culpa de Odebrecht. Porque ellos empezaron a hacer la obra rápidamente la obra, con créditos-puente, para poder cobrar también rápidamente, bajo su propio riesgo y sin aceptar una serie de pasos que había que dar para empezar la construcción. Y luego se paran, porque no encontraron más dinero, a raíz del escándalo, en Estados Unidos, de que eran sobornadores: Y la banca internacional no le presta a gente que soborna. Y el Perú tuvo que rescindir el contrato”, especificó.
No obstante, dijo que mediante un Decreto de Urgencia, el Perú asumió la conservación de los ductos, que la cuesta 370 millones de soles, hasta el día de hoy.
“Y, claro, lo que quiere ahora Odebrecht es continuar con el contrato, por dos motivos: 1- O para seguir haciendo el negocio de su vida; 2- O para que el nuevo operador le pague a él los gastos que hasta el día de hoy ha hecho”, concluyó.
Fuente: Red de Comunicación Regional – RCR.